7. Yo hice como se me había ordenado; preparé de día mi equipo, como un equipo de deportado, y por la tarde hice un agujero en la pared con la mano. Y salí en la oscuridad, cargando con el equipaje a mis espaldas, ante sus ojos.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina