15. Cuando a Ester, hija de Abijayil, tío de Mardoqueo, que la había adoptado por hija, le llegó el turno de presentarse al rey, no pidió sino lo que le indicó Hegué, el eunuco del rey encargado de las mujeres. Ester se ganaba el favor de cuantos la veían.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina