Jueces, 5
4. Señor, cuando tú saliste de Seír, cuando avanzabas desde las estepas de Edóm, tembló la tierra, fluyeron los cielos, y hasta las nubes se deshicieron en torrentes;
4. Señor, cuando tú saliste de Seír, cuando avanzabas desde las estepas de Edóm, tembló la tierra, fluyeron los cielos, y hasta las nubes se deshicieron en torrentes;
“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina