12. y clamaron ardientemente todos juntos al Dios de Israel, a fin de que no permitiera que sus hijos fueran entregados al pillaje, sus mujeres deportadas, las ciudades de su herencia destruidas y el Santuario execrado y escarnecido, para satisfacción de los paganos.





“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina