2. También derrotó a los moabitas y, haciéndolos echarse en tierra, los midió con una cuerda: a lo largo de dos cuerdas, los hizo matar; y a lo largo de una cuerda completa, les perdonó la vida. Los moabitas pasaron a ser vasallos de David, sometidos a tributo.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina