23. También mandó a Eleazar que leyera en alta voz el Libro sagrado. Y finalmente, dándoles como santo y seña el grito "Auxilio de Dios", se lanzó él mismo a combatir contra Nicanor, al frente del primer cuerpo.





“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina