9. Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvelo con un corazón íntegro y con ánimo generoso, porque el Señor sondea todos los corazones y penetra hasta el fondo de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará encontrar; pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre.





“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina