Katholische Bibel
 

I Crónicas, 2

3. Los descendientes de Judá fueron Er, Onán y Selá; los tres le nacieron de la hija de Suá, la cananea. Er, el primogénito de Judá, era malo a los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida.

Verse im Zusammenhang mit I Crónicas, 2:

1 Crónicas 2 comienza con la genealogía de los hijos de Israel, comenzando con Judá y sus descendientes, incluido el linaje del rey David. El capítulo también menciona otras tribus de Israel y sus genealogías. Algunos de los temas cubiertos en 1 Crónicas 2 incluyen descenso, bodas, niños y nietos. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:

Génesis 38:6: "Y Judá llevó a una mujer a Er, a su primogénito, y su nombre era Tamar". Este versículo habla del matrimonio de ER, hijo de Judá, con Tamar, que se relaciona con la mención de los hijos de Judá en 1 Crónicas 2.

RUTE 4:22: "Quien tenía Salomón; este es el padre de Jessé, el padre de David". Este versículo se relaciona con la mención de la descendencia de Judá, que culmina en el linaje del rey David en 1 Crónicas 2.

Rute 4:13: "Entonces Boaz tomó a Ruth, y ella era su esposa; y él la poseía, y el Señor le otorgó que concibiera y dio a luz a un hijo". Este versículo habla del matrimonio de Boaz y Ruth, que es parte del linaje del rey David mencionado en 1 Chronicles 2.

1 Samuel 14:49: "Y las mujeres de Saúl eran Armoni y Mephiboshete, y el nombre de su hermana era Mical; y el nombre de la esposa de Is-Boste era Ainoã, hija de Aíaás". Este versículo menciona a las esposas y los hijos de Saúl, que se menciona como descendiente de Judá en 1 Crónicas 2.

Números 26:55: "Pero la tierra se dividirá por tipos; según los nombres de las tribus de sus padres, heredarán su posesión". Este versículo habla de la división de la tierra de Canaán entre las tribus de Israel, que se relaciona con la mención de las otras tribus además de Judá en 1 Crónicas 2.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina