3. Él me llevó hasta allí, y yo vi a un hombre que por su aspecto parecía de bronce, con una cuerda de lino y una vara de medir en la mano. Estaba de pie en el pórtico.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina