28. Si un buey embiste a un hombre o a una mujer, y estos mueren, el buey será matado a pedradas y no se comerá su carne; el dueño del buey, en cambio, estará libre de culpa.





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina