Sirácides (Eclesiástico), 47
19. Pero estuviste pendiente de las mujeres que compartían tu cama, ellas fueron dueñas de tu cuerpo.
19. Pero estuviste pendiente de las mujeres que compartían tu cama, ellas fueron dueñas de tu cuerpo.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina