12. Por tanto, no den sus hijas como esposas para los hijos de ellos; ni tomen las hijas de ellos para sus hijos; no cooperen a la prosperidad y bienestar de ellos. Háganse fuertes, coman los mejores frutos de la tierra y déjensela en herencia a sus hijos para siempre.





“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina