19. Las mujeres, ceñidas de saco desde los pechos, llenaban la calle. Las más jóvenes, que no debían todavía salir a la calle, unas corrían hacia las puertas, otras subían a los muros y otras se asomaban por las ventanas.





Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina