Encontrados 15 resultados para: venta
Comprarás a tu prójimo atendiendo el número de años que siguen al jubileo; u según el número de los años de cosecha, él te fijará el precio de venta: (Levítico 25, 15)
calcule los años pasados desde la venta y devuelva al comprador la cantidad del tiempo que falta; así volverá a su propiedad. (Levítico 25, 27)
Si uno vendiere una vivienda en ciudad amurallada, su derecho a rescatarla durará hasta que se cumpla el año de su venta; un año entero durará su derecho de rescate. (Levítico 25, 29)
Contará con su comprador los años desde el de la venta hasta el año jubilar; y el precio se calculará en proporción de los años, valorando sus días de trabajo como los de un jornalero. (Levítico 25, 50)
Si faltan todavía muchos años, en proporción a ellos devolverá, como precio de su rescate, una parte del precio de venta. (Levítico 25, 51)
comerá una porción igual a la de ellos, aparte lo que obtenga por la venta de sus bienes patrimoniales. (Deuteronomio 18, 8)
Yahveh volverá a llevarte a Egipto en barcos, por ese camino del que yo te había dicho: «No volverás a verlo más.» Y allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, pero no habrá ni comprador. (Deuteronomio 28, 68)
Nicanor intentaba, por su parte, saldar con la venta de prisioneros judíos, el tributo de 2.000 talentos que el rey debía a los romanos. (II Macabeos 8, 10)
Nicanor, tres veces criminal, que había traído a los mil comerciantes para la venta de los judíos, (II Macabeos 8, 34)
El que había pretendido saldar el tributo debido a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, proclamaba que los judíos tenían a Alguien que les defendía, y que los judíos eran invulnerables por el hecho de que seguían las leyes prescritas por Aquél. (II Macabeos 8, 36)
convertir el Templo en fuente de recursos, como los demás recintos sagrados de los gentiles, y poner cada año en venta la dignidad del sumo sacerdocio. (II Macabeos 11, 3)
Entre dos piedras juntas se planta una estaca, y entre venta y compra se introduce el pecado. (Eclesiástico 27, 2)