Encontrados 55 resultados para: víctimas

  • También sus jefes reservaron ofrendas voluntarias para el pueblo, los sacerdotes y los levitas. Jilquías, Zacarías y Yejiel, intendentes de la Casa de Dios, dieron a los sacerdotes, como víctimas pascuales, 2.600 ovejas y trescientos bueyes. (II Crónicas 35, 8)

  • Se inmolaron las víctimas pascuales, y mientras los sacerdotes rociaban con la sangre que recibían de mano de los levitas, los levitas las desollaban (II Crónicas 35, 11)

  • Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas, (Salmos 40, 7)

  • Víctimas, pues, del hambre, dejaron unos pocos hombres en el Lugar Santo y los demás se dispersaron cada uno a su casa. (I Macabeos 6, 54)

  • En sólo tres días perecieron 80.000 personas, 40.000 en la refriega y otros, en número no menor que el de las víctimas, fueron vendidos como esclavos. (II Macabeos 5, 14)

  • El altar estaba repleto de víctimas ilícitas, prohibidas por las leyes. (II Macabeos 6, 5)

  • La lengua mentirosa odia a sus víctimas, la boca melosa labra la ruina. (Proverbios 26, 28)

  • De aquí provino la asechanza que se le tendió a la vida: que, víctimas de la desgracia o del poder de los soberanos, dieron los hombres a piedras y leños el Nombre incomunicable. (Sabiduría 14, 21)

  • No se complace el Altísimo en ofrendas de impíos, ni por el cúmulo de víctimas perdona los pecados. (Eclesiástico 34, 19)

  • Porque con fuego Yahveh va a juzgar y con su espada a toda carne, y serán muchas las víctimas de Yahveh. (Isaías 66, 16)

  • Habrá víctimas de Yahveh en aquel día de cabo a cabo de la tierra; no serán plañidos ni recogidos ni sepultados más: se volverán estiércol sobre la haz de la tierra. (Jeremías 25, 33)

  • Lámed. Dicen ellos a sus madres: «¿Dónde hay pan?», mientras caen desfallecidos, como víctimas, en las plazas de la ciudad, mientras exhalan el espíritu en el regazo de sus madres. (Lamentaciones 2, 12)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina