Encontrados 16 resultados para: traían
Venían hombres y mujeres: todos los que eran movidos por su corazón traían zarcillos, pendientes, anillos de oro, el oro que cada uno presentaba como ofrenda mecida para Yahveh. (Exodo 35, 22)
Cuantos poseían púrpura violeta y escarlata, y carmesí, lino fino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo y cueros finos, los traían también. (Exodo 35, 23)
Llegó a Jerusalén con gran número de camellos que traían aromas, gran cantidad de oro y piedras preciosas; llegada que fue donde Salomón, le dijo todo cuanto tenía en su corazón. (I Reyes 10, 2)
Un carro que subía de Egipto valía seiscientos siclos de plata y un caballo 150. Los traían también como intermediarios para todos los reyes de los hititas y todos los reyes de Aram. (I Reyes 10, 29)
Además, los que estaban cerca y hasta de Isacar, Zabulón y Neftalí traían víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisiones de harina, tortas de higos y pasas, vino, aceite, ganado mayor y menor en abundancia; pues reinaba la alegría en Israel. (I Crónicas 12, 41)
Traían de Egipto un carro por seiscientos siclos de plata, y un caballo por 150. Los traían también como intermediarios para todos los reyes de los hititas y todos los reyes de Aram. (II Crónicas 1, 17)
La reina de Sabá había oído la fama de Salomón, y vino a Jerusalén para probar a Salomón por medio de enigmas, con gran séquito y con camellos que traían aromas, gran cantidad de oro y piedras preciosas. Llegada que fue donde Salomón, le dijo todo cuanto tenía en su corazón. (II Crónicas 9, 1)
sin contar las contribuciones de los mercaderes y comerciantes. Todos los reyes de Arabia y los inspectores del país traían oro y plata a Salomón. (II Crónicas 9, 14)
Traían también caballos para Salomón de Musur y de todos los países. (II Crónicas 9, 28)
Todos los jefes y todo el pueblo se alegraron; y traían la contribución y la echaban en el cofre hasta que se llenaba. (II Crónicas 24, 10)
En Jerusalén, algunos tirios que habitan en ella traían pescado y toda clase de mercancías para verdérselas a los judíos en día de sábado, (Nehemías 13, 16)
Y, ya purificada, entraba en la tienda y allí permanecía hasta que le traían su comida de la tarde. (Judit 12, 9)