Encontrados 33 resultados para: torres

  • se apoderó de sus ciudades, llegó hasta Ecbátana, ocupó sus torres, devastó sus calles y convirtió en afrenta su hermosura. (Judit 1, 14)

  • Tomó cada cual su equipo de guerra, encendieron hogueras en las torres y permanecieron sobre las armas toda aquella noche. (Judit 7, 5)

  • Y despidió a la gente, cada cual a su puesto. Los hombres fueron a las murallas y torres de la ciudad, y a las mujeres y niños los enviaron a casa. Había en la ciudad un gran abatimiento. (Judit 7, 32)

  • Dad la vuelta a Sión, girad en torno de ella, enumerad sus torres; (Salmos 48, 13)

  • Después reconstruyeron la Ciudad de David con una muralla grande y fuerte, con torres poderosas, y la hicieron su Ciudadela. (I Macabeos 1, 33)

  • Por aquel tiempo, levantaron en torno al monte Sión altas murallas y fuertes torres, no fuera que otra vez se presentaran como antes los gentiles y lo pisotearan. (I Macabeos 4, 60)

  • Les obligó a encerrarse en sus torres, les puso cerco y dándolos al anatema, abrasó las torres con todos los que estaban dentro. (I Macabeos 5, 5)

  • Salió Judas con sus hermanos a campaña contra los hijos de Esaú, al país del mediodía. Tomó Hebrón y sus aldeas, arrasó sus murallas y prendió fuego a las torres de su contorno. (I Macabeos 5, 65)

  • Simón, por su parte, reconstruyó las fortalezas de Judea, las rodeó de altas torres y grandes murallas con puertas y cerrojos, y almacenó víveres en ellas. (I Macabeos 13, 33)

  • Fueron también a refugiarse en las torres que hay por los campos de Azoto y Juan le prendió fuego. Unos 2.000 de ellos sucumbieron y Juan regresó en paz a Judea. (I Macabeos 16, 10)

  • No menos de 9.000 hombres se habían refugiado en dos torres muy bien fortificadas y abastecidas de cuanto era necesario para resistir un sitio. (II Macabeos 10, 18)

  • Pero los hombres de Simón, ávidos de dinero, se dejaron sobornar por algunos de los que estaban en las torres; por 70.000 dracmas dejaron que algunos se escapasen. (II Macabeos 10, 20)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina