Encontrados 28 resultados para: tablas

  • Yahveh me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios, en las que estaban todas las palabras que Yahveh os había dicho de en medio del fuego, en la montaña, el día de la Asamblea. (Deuteronomio 9, 10)

  • Al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, después de darme las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, (Deuteronomio 9, 11)

  • Yo me volví y bajé del monte, que ardía en llamas, llevando en mis manos las dos tablas de la alianza. (Deuteronomio 9, 15)

  • Tomé entonces las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos. (Deuteronomio 9, 17)

  • Yahveh me dijo entonces: «Labra dos tablas de piedra como las primeras y sube donde mí a la montaña; hazte también un arca de madera. (Deuteronomio 10, 1)

  • Yo escribiré en las tablas las palabras que había en las primeras que rompiste, y tú las depositarás en el arca.» (Deuteronomio 10, 2)

  • Hice un arca de madera de acacia, labré dos tablas de piedra como las primeras y subí a la montaña con las dos tablas en la mano. (Deuteronomio 10, 3)

  • El escribió en las tablas lo mismo que había escrito antes, las diez Palabras que Yahveh había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día de la Asamblea. Y Yahveh me las entregó. (Deuteronomio 10, 4)

  • Yo volví a bajar del monte, puse las tablas en el arca que había hecho y allí quedaron, como me había mandado Yahveh. (Deuteronomio 10, 5)

  • Grabó sobre las tablas querubines, leones y palmeras... y volutas alrededor. (I Reyes 7, 36)

  • En el arca no había nada más que las dos tablas de piedra que Moisés hizo poner en ella, en el Horeb, las tablas de la alianza que pactó Yahveh con los israelitas cuando salieron de la tierra de Egipto. (I Reyes 8, 9)

  • En el arca no había nada más que las dos tablas que hizo poner Moisés en ella, en el Horeb, cuando Yahveh hizo alianza con los israelitas a su salida de Egipto. (II Crónicas 5, 10)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina