Encontrados 16 resultados para: sonar
El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno. (Exodo 19, 19)
Jonatán mató al gobernador de los filisteos que se hallaba en Guibeá, y supieron los filisteos que los hebreos se habian rebelado. Saúl hizo sonar el cuerno por toda la tierra, (I Samuel 13, 3)
Joab hizo sonar el cuerno: toda la tropa se detuvo y no persiguió más a Israel; así cesó el combate. (II Samuel 2, 28)
Envió Absalón mensajeros a todas las tribus de Israel diciendo: «Cuando oigáis sonar el cuerno decid: «¡Absalón se ha proclamado rey en Hebrón!» (II Samuel 15, 10)
Había allí un malvado llamado Seba, hijo de Bikrí, benjaminita, que hizo sonar el cuerno y dijo: «No tenemos parte con David, ni tenemos heredad con el hijo de Jesé. ¡Cada uno a sus tiendas, Israel!» (II Samuel 20, 1)
La mujer entró en la ciudad y habló a todo el pueblo con su habitual prudencia. Le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bikrí, y se la arrojaron a Joab. Entonces éste hizo sonar el cuerno y se alejaron de la ciudad cada uno a su tienda. Joab se volvió a Jerusalén junto al rey. (II Samuel 20, 22)
Todo Israel subía el arca de la alianza de Yahveh entre clamores y resonar de cuernos, trompetas y címbalos, y haciendo sonar los salterios y las cítaras. (I Crónicas 15, 28)
Asaf era el jefe; Zacarías era el segundo; luego Uzziel, Semiramot, Yejiel, Mattitías, Eliab, Benaías, Obededom y Yeiel, con salterios y cítaras. Asaf hacía sonar los címbalos. (I Crónicas 16, 5)
Y con ellos, Hemán y Yedutún, que hacían sonar trompetas, címbalos e instrumentos para los cánticos de Dios. Los hijos de Yedutún eran porteros. (I Crónicas 16, 42)
Todos estos eran hijos de Hemán, vidente del rey; a las palabras de Dios debían hacer sonar la trompa. Dios había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas. (I Crónicas 25, 5)
Cada uno de los constructores tenía ceñida a la cintura su espada mientras trabajaba. Había un corneta junto a mí para sonar el cuerno. (Nehemías 4, 12)
Hicieron sonar las trompetas y prorrumpieron en grandes gritos. (I Macabeos 3, 54)
