Encontrados 36 resultados para: soldados

  • Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; (II Macabeos 12, 44)

  • Queriendo Nicanor hacer patente la hostilidad que le embargaba hacia los judíos, envió más de quinientos soldados para arrestarlo, (II Macabeos 14, 39)

  • Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.» (Mateo 8, 9)

  • Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. (Mateo 27, 27)

  • Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, (Mateo 28, 12)

  • Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte. (Marcos 15, 16)

  • Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada.» (Lucas 3, 14)

  • Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.» (Lucas 7, 8)

  • También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre (Lucas 23, 36)

  • Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura; (Juan 19, 2)

  • Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. (Juan 19, 23)

  • Por eso se dijeron: «No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca.» Para que se cumpliera la Escritura: Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica. Y esto es lo que hicieron los soldados. (Juan 19, 24)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina