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Este da preferencia a un día sobre todo; aquél los considera todos iguales. ¡Aténgase cada cual a su conciencia! (Romanos 14, 5)
pues tampoco Cristo buscó su propio agrado, antes bien, como dice la Escritura: Los ultrajes de los que te ultrajaron cayeron sobre mi. (Romanos 15, 3)
Y a su vez Isaías dice: Aparecerá el retoño de Jesé, el que se levanta para imperar sobre los gentiles. En él pondrán los gentiles su esperanza. (Romanos 15, 12)
teniendo así, como punto de honra, no anunciar el Evangelio sino allí donde el nombre de Cristo no era aún conocido, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros, (Romanos 15, 20)
Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, (I Corintios 3, 12)
Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa. (I Corintios 3, 14)
Si otros tienen estos derechos sobre vosotros, ¿no los tenemos más nosotros? Sin embargo, nunca hemos hecho uso de estos derechos. Al contrario, todo lo soportamos para no crear obstáculo alguno al Evangelio de Cristo. (I Corintios 9, 12)
No habéis sufrido tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito. (I Corintios 10, 13)
He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles. (I Corintios 11, 10)
Pues hemos tenido sobre nosotros mismos la sentencia de muerte, para que no pongamos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. (II Corintios 1, 9)
El motivo de nuestro orgullo es el testimonio de nuestra conciencia, de que nos hemos conducido en el mundo, y sobre todo respecto de vosotros, con la santidad y la sinceridad que vienen de Dios, y no con la sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios. (II Corintios 1, 12)
No es que pretendamos dominar sobre vuestra fe, sino que contribuimos a vuestro gozo, pues os mantenéis firmes en la fe. (II Corintios 1, 24)
