Encontrados 84 resultados para: seres vivos

  • Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre la haz del suelo todos los seres que hice.» (Génesis 7, 4)

  • y con ellos los animales de cada especie, los ganados de cada especie, las sierpes de cada especie que reptan sobre la tierra, y las aves de cada especie: toda clase de pájaros y seres alados; (Génesis 7, 14)

  • Esta es la ley acerca de los animales, de las aves, y de todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y de todos los que andan arrastrándose sobre la tierra; (Levítico 11, 46)

  • el sacerdote mandará traer para el que ha de ser purificado dos pájaros vivos y puros, madera de cedro, púrpura escarlata e hisopo. (Levítico 14, 4)

  • Pero si Yahveh obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al seol, sabréis que esos hombres han rechazado a Yahveh. (Números 16, 30)

  • Bajaron vivos al seol con todo lo que tenían. Los cubrió la tierra y desaparecieron de la asamblea. (Números 16, 33)

  • Se plantó entre los muertos y los vivos, y la Plaga se detuvo. (Números 17, 13)

  • en cambio vosotros, que habéis seguido unidos a Yahveh vuestro Dios, estáis hoy todos vivos. (Deuteronomio 4, 4)

  • No con nuestros padres concluyó Yahveh esta alianza, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoy aquí, todos vivos. (Deuteronomio 5, 3)

  • El mismo día Josué tomó Maquedá y la pasó a filo de espada, a ella y a su rey: los consagró al anatema con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó escapar a nadie, e hizo con el rey de Maquedá como había hecho con el rey de Jericó. (Josué 10, 28)

  • Y Yahveh la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los seres vivientes que había en ella: no dejó en ella ni uno solo con vida. Hizo con su rey como había hecho con el rey de Jericó. (Josué 10, 30)

  • Yahveh entregó Lakís en manos de Israel, que la tomó al seguno día, y la pasó a cuchillo con todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Libná. (Josué 10, 32)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina