Encontrados 29 resultados para: salían

  • Todos los que salían por la puerta de la ciudad escucharon a Jamor y a su hijo Siquem, y se circuncidó todo varón que salía por las puertas de la ciudad. (Génesis 34, 24)

  • De sus lados salían seis brazos: tres brazos de un lado, y tres brazos de otro. (Exodo 37, 18)

  • El primer brazo tenía tres cálices en forma de flor de almendro, con corola y flor; y así los seis brazos que salían del candelabro. (Exodo 37, 19)

  • una corola debajo de los dos primeros brazos que formaban cuerpo con él, una corola debajo de los siguientes, y una corola debajo de los dos últimos brazos; así con los seis brazos que salían del mismo. (Exodo 37, 21)

  • como había mandado Yahveh a Moisés y a los israelitas cuando salían de Egipto. De veinte años en adelante: (Números 26, 4)

  • Cuando subían por la cuesta de la ciudad, encontraron a unas muchachas que salían a sacar agua y les preguntaron: «¿Está aquí el vidente?» (I Samuel 9, 11)

  • A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las mujeres de todas la ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl para cantar danzando al son de adufes y triángulos con cantos de alegria. (I Samuel 18, 6)

  • Salían los jefes de los filisteos, pero en todas sus incursiones obtenía David más éxito que los demás servidores de Saúl, y su nombre se hizo muy famoso. (I Samuel 18, 30)

  • Una humareda subió de sus narices y de su boca un fuego que abrasaba; de él salían carbones encendidos. (II Samuel 22, 9)

  • Los jefes de cien hicieron cuanto les mandó el sacerdote Yehoyadá. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban el sábado y los que salían el sábado, y vinieron junto al sacerdote Yehoyadá. (II Reyes 11, 9)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés eran hombres valientes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Salían a campaña en número de 44.760. (I Crónicas 5, 18)

  • Los levitas y todo Judá hicieron cuanto les había mandado el sacerdote Yehoyadá. Tomó cada uno a sus hombres, tanto los que entraban el sábado como los que salían el sábado; pues el sacerdote Yehoyadá no exceptuó a ninguna de las secciones. (II Crónicas 23, 8)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina