Encontrados 136 resultados para: saber

  • en la gran asamblea de los sacerdotes, del pueblo, de los príncipes de la nación y de los ancianos del país, se nos hizo saber lo siguiente: (I Macabeos 14, 28)

  • Llegado a Jerusalén y amistosamente acogido por el sumo sacerdote y por la ciudad, expuso el hecho de la denuncia e hizo saber el motivo de su presencia; preguntó si las cosas eran realmente así. (II Macabeos 3, 9)

  • y tú, que has sido azotado por el Cielo, haz saber a todos la grandeza del poder de Dios.» En diciendo esto, desparacieron. (II Macabeos 3, 34)

  • Uno de ellos, hablando en nombre de los demás, decía así: «¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que violar las leyes de nuestros padres.» (II Macabeos 7, 2)

  • para que, si ocurría algo sorprendente o si llegaba alguna noticia desagradable, los habitantes de las provincias no se perturbaran, por saber ya a quién quedaba confiado el gobierno; (II Macabeos 9, 24)

  • Bien harás, por tanto, en enviarles emisarios que les den la mano, para que al saber nuestra determinación, se sientan confiados y se dediquen con agrado a sus propias ocupaciones.» (II Macabeos 11, 26)

  • hasta que una flecha le atraviese el hígado; como pájaro que se precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida. (Proverbios 7, 23)

  • Al de corazón sabio, se le llama inteligente, la dulzura de labios aumenta el saber. (Proverbios 16, 21)

  • El corazón del sabio hace circunspecta su boca, y aumenta el saber de sus labios. (Proverbios 16, 23)

  • Golpea al arrogante y el simple se volverá sensato; reprende al inteligente y alcanzará el saber. (Proverbios 19, 25)

  • El hombre de malas intenciones corre tras la riqueza, sin saber que lo que le viene es la indigencia. (Proverbios 28, 22)

  • a saber, un hombre solo, sin sucesor, sin hijos ni hermano; sin límite a su fatiga, sin que sus ojos se harten de riqueza. «Mas ¿para quién me fatigo y privo a mi vida de felicidad?» También esto es vanidad y mal negocio. (Eclesiastés 4, 8)


“Jesus está com você, e o Cireneu não deixa de ajudar-te a subir o Calvário.” São Padre Pio de Pietrelcina