Encontrados 320 resultados para: reo

  • sin llevarlos a la entrada de la Tienda del Encuentro, para presentarlos como ofrenda a Yahveh ante la Morada de Yahveh, será considerado reo de sangre. Tal hombre ha derramado sangre y será exterminado de en medio de su pueblo. (Levítico 17, 4)

  • «Habla a los israelitas: Si un hombre o una mujer comete cualquier pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a Yahveh, el tal será reo de delito. (Números 5, 6)

  • Cuando toquéis a clamoreo, partirán los que acampan a oriente. (Números 10, 5)

  • Cuando toquéis a clamoreo por segunda vez, partirán los campamentos que acampan al mediodía, Tocaréis a clamoreo para partir; (Números 10, 6)

  • en cambio, para congregar la asamblea, tocaréis sin clamoreo. (Números 10, 7)

  • Cuando, ya en vuestra tierra, partáis para el combate contra un enemigo que os oprime, tocaréis las trompetas a clamoreo; así se acordará Yahveh, vuestro Dios, de vosotros, y seréis librados de vuestros enemigos. (Números 10, 9)

  • El amalecita ocupa la región del Négueb; el hitita, el amorreo y el jebuseo ocupan la montaña; el cananeo, la orilla del mar y la ribera del Jordán.» (Números 13, 29)

  • De allí partieron y acamparon más allá del Arnón. Este estaba en el desierto y salía del territorio de los amorreos, pues el Arnón hacía de frontera de Moab, entre moabitas y amorreos. (Números 21, 13)

  • Israel envió mensajeros a decir a Sijón, rey de los amorreos: (Números 21, 21)

  • Israel tomó todas aquellas ciudades. Ocupó Israel todos los pueblos de los amorreos, Jesbón y todas sus aldeas. (Números 21, 25)

  • Porque Jesbón era la ciudad de Sijón, rey de los amorreos. Este había combatido al primer rey de Moab, y le había quitado toda su tierra hasta el Arnón. (Números 21, 26)

  • ¡Ay de ti, Moab!, perdido estás, pueblo de Kemós. Entrega sus hijos a la fuga y sus hijas al cautiverio, en manos de Sijón, el rey amorreo. (Números 21, 29)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina