Encontrados 4809 resultados para: ras
Yahveh asistió a José, que llegó a ser un hombre afortunado, mientras estaba en casa de su señor egipcio. (Génesis 39, 2)
Ella insistía en hablar a José día tras día, pero él no accedió a acostarse y estar con ella. (Génesis 39, 10)
Al oír su señor las palabras que acababa de decirle su mujer: - «Esto ha hecho conmigo tu siervo» - se encolerizó. (Génesis 39, 19)
Dentro de tres días levantará Faraón tu cabeza: te devolverá a tu cargo, y pondrás la copa de Faraón en su mano, lo mismo que antes, cuando eras su escanciador. (Génesis 40, 13)
Pero he aquí que detrás de aquéllas subían del río otras siete vacas, de mal aspecto y macilentas, las cuales se pararon cabe las otras vacas en la margen del río, (Génesis 41, 3)
Pero he aquí que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron después de aquéllas (Génesis 41, 6)
Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás de aquéllas, de muy ruin y mala catadura y macilentas, que jamás vi como aquéllas en toda la tierra de Egipto, de tan malas. (Génesis 41, 19)
Y las siete vacas macilentas y malas se comieron a las siete vacas primeras, las lustrosas. (Génesis 41, 20)
Pero he aquí que otras siete espigas secas, flacas y asolanadas, brotaban después de aquéllas (Génesis 41, 23)
Tú estarás al frente de mi casa, y de tu boca dependerá todo mi pueblo. Tan sólo el trono dejaré por encima de ti.» (Génesis 41, 40)
Con esto seréis probados, ¡por vida de Faraón!, no saldréis de aquí mientras no venga vuestro hermano pequeño acá. (Génesis 42, 15)
Enviad a cualquiera de vosotros y que traiga a vuestro hermano, mientras los demás quedáis presos. Así serán comprobadas vuestras afirmaciones, a ver si la verdad está con vosotros. Que si no, ¡por vida de Faraón!, espías sois.» (Génesis 42, 16)