Encontrados 388 resultados para: puso

  • untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima de reparación. (Levítico 14, 28)

  • Salió Moisés y transmitió al pueblo las palabras de Yahveh. Luego reunió a setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la Tienda. (Números 11, 24)

  • Entonces toda la comunidad alzó la voz y se puso a gritar; y la gente estuvo llorando aquella noche. (Números 14, 1)

  • Quitó Moisés a Aarón sus vestiduras y se las puso a su hijo Eleazar. Y murió allí Aarón, en la cumbre del monte. Moisés y Eleazar bajaron de la montaña. (Números 20, 28)

  • Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida. (Números 21, 9)

  • Cuando iba, se encendió la ira de Yahveh y el Angel de Yahveh se puso en el camino para estorbarle. El montaba la burra y sus dos muchachos iban con él. (Números 22, 22)

  • Pero el Angel de Yahveh se puso en un sendero entre las viñas, con una pared a un lado y otra a otro. (Números 22, 24)

  • Volvió el Angel de Yahveh a cambiar de sitio, y se puso en un paso estrecho, donde no había espacio para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. (Números 22, 26)

  • Yahveh entonces puso una palabra en la boca de Balaam y le dijo: «Vuelve donde Balaq y esto le dirás.» (Números 23, 5)

  • Salió Yahveh al encuentro de Balaam, puso una palabra en su boca y le dijo: «Vuelve donde Balaq y esto le dirás.» (Números 23, 16)

  • Israel se estableció en Sittim. Y el pueblo se puso a fornicar con las hijas de Moab. (Números 25, 1)

  • Moisés hizo como le había mandado Yahveh: tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la comunidad. (Números 27, 22)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina