Encontrados 2485 resultados para: pues

  • Si, pues, alguno se mantiene limpio de estas faltas, será un utensilio para uso noble, santificado y útil para su Dueño, dispuesto para toda obra buena. (II Timoteo 2, 21)

  • El único que está conmigo es Lucas. Toma a Marcos y tráele contigo, pues me es muy útil para el ministerio. (II Timoteo 4, 11)

  • Tú también guárdate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación. (II Timoteo 4, 15)

  • Para los limpios todo es limpio; mas para los contaminados e incrédulos nada hay limpio, pues su mente y conciencia están contaminadas. (Tito 1, 15)

  • Pues también nosotros fuimos en algún tiempo insensatos, desobedientes, descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aborreciéndonos unos a otros. (Tito 3, 3)

  • pues tengo noticia de tu caridad y de tu fe para con el Señor Jesús y para bien de todos los santos, (Filemon 1, 5)

  • Pues tuve gran alegría y consuelo a causa de tu caridad, por el alivio que los corazones de los santos han recibido de ti, hermano. (Filemon 1, 7)

  • Pues tal vez fue alejado de ti por algún tiempo, precisamente para que lo recuperaras para siempre, (Filemon 1, 15)

  • Yo mismo, Pablo, lo firmo con mi puño; yo te lo pagaré... Por no recordarte deudas para conmigo, pues tú mismo te me debes. (Filemon 1, 19)

  • Y al mismo tiempo, prepárame hospedaje; pues espero que por vuestras oraciones se os concederá la gracia de mi presencia. (Filemon 1, 22)

  • Pues si la palabra promulgada por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza que toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, (Hebreos 2, 2)

  • Pues atestiguó alguien en algún lugar: ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿O el hijo del hombre, que de él te preocupas? (Hebreos 2, 6)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina