Encontrados 41 resultados para: puedes
Asá invocó a Yahveh su Dios, y dijo: «¡Oh Yahveh, sólo tú puedes ayudar entre el poderoso y el desvalido! ¡Ayúdanos, pues, Yahveh, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre marchamos contra esta inmensa muchedumbre! ¡Yahveh, tú eres nuestro Dios! ¡No prevalezca contra ti hombre alguno!» (II Crónicas 14, 10)
Entró el ángel y Tobit se adelantó a saludarle; el ángel contestó: «Que disfrutes de mucha alegría.» Replicó Tobit: «¿Qué alegría puedo disfrutar ya? Estoy ciego y no puedo ver la luz del cielo; yazgo en tinieblas como los muertos, que no contemplan la luz; vivo como un muerto; oigo la voz de los hombres, pero no los veo.» Le dijo el ángel: «Ten confianza, que Dios te curará dentro de poco. Ten confianza.» Tobit le dijo: «Mi hijo Tobías quiere ir a Media. ¿Puedes ir con él y servirle de guía? Yo te daría tu salario, hermano.» El respondió: «Puedo ir con él, pues conozco al detalle todos los caminos y he viajado a Media con frecuencia; he recorrido todos sus llanos y sus montes y tengo conocimiento de todas sus rutas.» (Tobías 5, 10)
Más alta es que los cielos: ¿qué harás tú? más honda que el seol: ¿qué puedes tú saber? (Job 11, 8)
¿puedes extender con él la bóveda del cielo, sólida como espejo de metal fundido? (Job 37, 18)
¿Puedes tú anudar los lazos de las Pléyades o desatar las cuerdas de Orión? (Job 38, 31)
¿Puedes fiarte de él por su gran fuerza? ¿le confiarás tu menester? (Job 39, 11)
Ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y después puedes construirte tu casa. (Proverbios 24, 27)
Te compadeces de todos porque todo lo puedes y disimulas los pecados de los hombres para que se arrepientan. (Sabiduría 11, 23)
Dueño de tu fuerza, juzgas con moderación y nos gobiernas con mucha indulgencia porque, con sólo quererlo, lo puedes todo. (Sabiduría 12, 18)
mostrando así que de todo peligro puedes salvar para que hasta el inexperto pueda embarcarse. (Sabiduría 14, 4)
El te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano. (Eclesiástico 15, 16)
después puedes comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen los manjares del rey, y hacer con tus siervos con arreglo a lo que hayas visto.» (Daniel 1, 13)