Encontrados 324 resultados para: prueba de las aguas amargas

  • El hace las Pléyades y Orión, trueca en mañana las sombras, y hace oscurecer el día en noche. El llama a las aguas del mar, y sobre la haz de la tierra las derrama, Yahveh es su nombre; (Amós 5, 8)

  • El que edifica en los cielos sus altas moradas, y asienta su bóveda en la tierra; el que llama a las aguas de la mar, y sobre la haz de la tierra las derrama, ¡Yahveh es su nombre! (Amós 9, 6)

  • Me envolvían las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo, un alga se enredaba a mi cabeza. (Jonás 2, 6)

  • Debajo de él los montes se derriten, y los valles se hienden, como la cera al fuego, como aguas que se precipitan por una pendiente. (Miqueas 1, 4)

  • Nínive es como una alberca cuyas aguas se van. «¡Deteneos, deteneos!» Pero nadie se vuelve. (Nahún 2, 9)

  • ¿Eres acaso tú mejor que No Amón, la asentada entre los Nilos, (rodeada de aguas), cuya barrera era el mar, cuya muralla las aguas? (Nahún 3, 8)

  • ¡Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de Yahveh, como las aguas cubren el mar! (Habacuc 2, 14)

  • Tú surcas el mar con tus caballos, el borbotar de las inmensas aguas. (Habacuc 3, 15)

  • Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: «¡El es mi pueblo!» y él dirá: «¡Yahveh es mi Dios!» (Zacarías 13, 9)

  • Sucederá aquel día que saldrán de Jerusalén aguas vivas, mitad hacia el mar oriental, mitad hacia el mar occidental: las habrá tanto en verano como en invierno. (Zacarías 14, 8)

  • Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya alimento en mi Casa; y ponedme así a prueba, dice Yahveh Sebaot, a ver si no os abro las esclusas del cielo y no vacío sobre vosotros la bendición hasta que ya no quede, (Malaquías 3, 10)

  • El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. (Mateo 8, 32)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina