Encontrados 54 resultados para: propios

  • Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos, nos lo contaron nuestros padres, la obra que tú hiciste en sus días, en los días antiguos, (Salmos 44, 2)

  • ¿Por qué han de decir las gentes: «¿Dónde está su Dios?» ¡Que entre las gentes se conozca, a nuestros propios ojos, la venganza de la sangre de tus siervos derramada! (Salmos 79, 10)

  • Jasón hacía cruel matanza de sus propios ciudadanos sin caer en cuenta que un éxito sobre sus compatriotas era el peor de los desastres; se imaginaba ganar trofeos de enemigos y no de sus compatriotas. (II Macabeos 5, 6)

  • para que los judíos se sirvan de sus propios alimentos y leyes como antes, y ninguno de ellos sea molestado en modo alguno a causa de faltas cometidas por ignorancia. (II Macabeos 11, 31)

  • En cuanto apareció, la primera, la cohorte de Judas, se apoderó de los enemigos el miedo y el temor al manifestarse ente ellos Aquél que todo lo ve, y se dieron a la fuga cada cual por su lado, de modo que muchas veces eran heridos por sus propios compañeros y atravesados por las puntas de sus espadas. (II Macabeos 12, 22)

  • en primer lugar con verdadera preocupación por los intereses del rey, y en segundo lugar, con la mirada puesta en mis propios compatriotas, pues por la locura de los hombres que he mencionado, toda nuestra raza padece no pocos males. (II Macabeos 14, 8)

  • Los gentiles de Judea, fugitivos de Judas, se unieron en masa a Nicanor, imaginándose que las desgracias y reveses de los judíos serían sus propios éxitos. (II Macabeos 14, 14)

  • comerán del fruto de su conducta, de sus propios consejos se hartarán. (Proverbios 1, 31)

  • No seas sabio a tus propios ojos, teme a Yahveh y apártate del mal: (Proverbios 3, 7)

  • El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos. (Proverbios 14, 15)

  • De un hombre como él piedad no tiene, ¡y pide perdón por sus propios pecados! (Eclesiástico 28, 4)

  • ¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos! (Isaías 5, 21)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina