Encontrados 76 resultados para: propio
Son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben entender. Cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el último, busca su provecho (Isaías 56, 11)
Camino de paz no conocen, y derecho no hay en sus pasos. Tuercen sus caminos para provecho propio, ninguno de los que por ellos pasan conoce la paz. (Isaías 59, 8)
Miré bien y no había auxiliador; me asombré de que no hubiera quien apoyase. Así que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo. (Isaías 63, 5)
Que te enseñe tu propio daño, que tus apostasías te escarmienten; reconoce y ve lo malo y amargo que te resulta el dejar a Yahveh tu Dios y no temblar ante mí - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -. (Jeremías 2, 19)
Pero tus ojos y tu corazón no están más que a tu granjería, - ¡Y a la sangre inocente! - Para verterla. - ¡Y al atropello y al entuerto! - Para hacer tú lo propio. (Jeremías 22, 17)
sino: «¡Por vida de Yahveh, que subió y trajo la simiente de la casa de Israel de tierras del norte y de todas las tierras a donde los arrojara!», y habitarán en su propio suelo. (Jeremías 23, 8)
(y todas las naciones le servirán a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que llegue también el turno a su propio país - y le reducirán a servidumbre muchas naciones y reyes grandes -). (Jeremías 27, 7)
Semaías el najlamita despachó en su propio nombre cartas (a todo el pueblo que hay en Jerusalén) a Sofonías, hijo del sacerdote Maasías (y a todos los sacerdotes), diciendo: (Jeremías 29, 24)
Por tanto, así dice Yahveh a propósito de Yoyaquim, rey de Judá: No tendrá quien le suceda en el trono de David y su propio cadáver yacerá tirado, expuesto al calor del día y al frío de la noche. (Jeremías 36, 30)
hasta el punto de que llegamos a comer uno la carne de su propio hijo, otro la carne de su propia hija. (Baruc 2, 3)
En ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se hace violencia a la mujer en estado de impureza. (Ezequiel 22, 10)
Un comete abominación con la mujer de su prójimo, el otro se contamina de manera infame con su nuera, otro hace violencia a su hermana, la hija de su propio padre; (Ezequiel 22, 11)