Encontrados 11 resultados para: proclamaron

  • Luego se reunieron todos los señores de Siquem y todo Bet Milló, y fueron y proclamaron rey a Abimélek junto al Terebinto de la estela que hay en Siquem. (Jueces 9, 6)

  • Fue todo el pueblo a Guilgal, y allí en Guilgal, proclamaron rey a Saúl delante de Yahveh, ofreciendo allí sacrificios de communión delante de Yahveh; y Saúl y todos los israelitas se alegraron en extremo. (I Samuel 11, 15)

  • Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot a la cabeza del pueblo. (I Reyes 21, 12)

  • En sus días se rebeló Edom de bajo la mano de Judá, y se proclamaron un rey. (II Reyes 8, 20)

  • Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, que tenía dieciséis años, y le proclamaron rey en lugar de su padre Amasías. (II Reyes 14, 21)

  • Sus servidores trasladaron en carro el cadáver desde Meguiddó, llegaron a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. El pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, y le ungieron y proclamaron rey, en lugar de su padre. (II Reyes 23, 30)

  • Aquel día comieron y bebieron ante Yahveh con gran gozo y por segundo vez proclamaron rey a Salomón, hijo de David; le ungieron como caudillo ante Yahveh, y a Sadoq como sacerdote. (I Crónicas 29, 22)

  • En sus días se rebeló Edom de bajo la mano de Judá y se proclamaron un rey. (II Crónicas 21, 8)

  • Los habitantes de Jerusalén proclamaron rey en su lugar a su hijo menor Ocozías, porque una banda de árabes que había invadido el campamento había dado muerte a todos los mayores, de suerte que llegó a ser rey Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá. (II Crónicas 22, 1)

  • Hicieron salir entonces al hijo del rey y le pusieron la diadema y el Testimonio. Le proclamaron rey; Yehoyadá y sus hijos le ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!». (II Crónicas 23, 11)

  • Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, que tenía dieciséis años, y le proclamaron rey en lugar de su padre Amasías. (II Crónicas 26, 1)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina