Encontrados 42 resultados para: presentes

  • La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos recrearán tu semblante. (Salmos 45, 13)

  • desde tu Templo en lo alto de Jerusalén, donde vienen los reyes a ofrecerte presentes! (Salmos 68, 30)

  • Haced votos y cumplidlos a Yahveh, vuestro Dios, los que le rodean traigan presentes al Terrible; (Salmos 76, 12)

  • Reconozco que por esta causa me han sobrevenido los males presentes y muero de inmensa pesadumbre en tierra extraña.» (I Macabeos 6, 13)

  • Establezcamos, pues, vínculos de amistad entre nosotros y dame a tu hija por esposa; seré tu yerno y te haré, como a ella, presentes dignos de ti.» (I Macabeos 10, 54)

  • Partió éste con gran pompa hacia Tolemaida, se entrevistó con los reyes, les dio a ellos y a sus amigos plata y oro, les hizo numerosos presentes y halló gracia a sus ojos. (I Macabeos 10, 60)

  • Tomando plata, oro, vestidos y otros presentes en gran cantidad, partió a verse con el rey en Tolemaida y halló gracia ante él. (I Macabeos 11, 24)

  • sucedía que hasta los reyes veneraban el Lugar Santo y honraban el Templo con magníficos presentes, (II Macabeos 3, 2)

  • que adornaría con los más bellos presentes el Templo Santo que antes había saqueado; que devolvería multiplicados todos los objetos sagrados; que suministraría a sus propias expensas los fondos que se gastaban en los sacrificios; (II Macabeos 9, 16)

  • y exhortaba a los que le acompañaban a no temer el ataque de los gentiles, teniendo presentes en la mente los auxilios que antes les habían venido del Cielo, y a esperar también entonces la victoria que les habría de venir de parte del Todopoderoso. (II Macabeos 15, 8)

  • Venid, pues, y disfrutemos de los bienes presentes, gocemos de las criaturas con el ardor de la juventud. (Sabiduría 2, 6)

  • No te presentes por ti mismo, no sea que te rechace, ni te quedes muy lejos, para no pasar inadvertido. (Eclesiástico 13, 10)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina