Encontrados 49 resultados para: plaza

  • Cuando, al llegar el día, alzaron los judíos sus ojos, vieron una muchedumbre innumerable que levantaba escalas e ingenios para tomar la plaza, y había comenzado ya el ataque. (I Macabeos 5, 30)

  • Entonces se apresuró a señalar la conveniencia de volverse, diciendo al rey, a los capitanes del ejército y a la tropa: «De día en día venimos a menos; las provisiones faltan; la plaza que asediamos está bien fortificada y los negocios del reino nos urgen. (I Macabeos 6, 57)

  • A continuación, Jonatán, Simón y los suyos se retiraron a Bet Basí, en el desierto, repararon lo que en aquella plaza estaba derruido y la fortificaron. (I Macabeos 9, 62)

  • Sólo en Bet Sur quedaron algunos de los que habían abandonado la Ley y los preceptos porque esta plaza era su refugio. (I Macabeos 10, 14)

  • pues había oído que sus habitantes querían entregar aquella plaza fuerte a los partidarios de Demetrio, y dejó en ella una guarnición para defenderla. (I Macabeos 12, 34)

  • destruyeron los altares levantados por los extranjeros en la plaza pública, así como los recintos sagrados. (II Macabeos 10, 2)

  • Entró en Judea, se acercó a Bet Sur, plaza fuerte que dista de Jerusalén unas cinco esjenas, y la cercó estrechamente. (II Macabeos 11, 5)

  • Pero algunos de los estrategas en plaza, Timoteo y Apolonio, hijo de Genneo, y también Jerónimo y Demofón, además de Nicanor, el Chipriarca, no les dejaban vivir en paz ni disfrutar de sosiego. (II Macabeos 12, 2)

  • Al encontrar cerrada la plaza, se retiró con la intención de volver de nuevo y exterminar por completo a la población de Joppe. (II Macabeos 12, 7)

  • Se aproximó a Bet Sur, plaza fuerte de los judíos; pero fue rechazado, derrotado y vencido. (II Macabeos 13, 19)

  • La fortuna del rico es su plaza fuerte, la ruina de los débiles es su pobreza. (Proverbios 10, 15)

  • La fortuna del rico es su plaza fuerte; como muralla inexpugnable, en su opinión. (Proverbios 18, 11)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina