Encontrados 208 resultados para: pecados

  • Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados. (Santiago 5, 15)

  • Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder. (Santiago 5, 16)

  • sepa que el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados. (Santiago 5, 20)

  • el mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados. (I Pedro 2, 24)

  • Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. (I Pedro 3, 18)

  • Ante todo, tened entre vosotros intenso amor, pues el amor cubre multitud de pecados. (I Pedro 4, 8)

  • Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al olvido la purificación de sus pecados pasados. (II Pedro 1, 9)

  • Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia. (I Juan 1, 9)

  • El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. (I Juan 2, 2)

  • Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre. (I Juan 2, 12)

  • Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado. (I Juan 3, 5)

  • En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. (I Juan 4, 10)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina