Encontrados 12 resultados para: pasaban

  • El jefe de los guardias encargó de ellos a José, para que les sirviese. Así pasaban los diás en presidio. (Génesis 40, 4)

  • Moisés tomó la plata del rescate de los que pasaban del número de los rescatados por los levitas. (Números 3, 49)

  • Pasaban la noche alrededor de la Casa de Dios, pues les incumbía su vigilancia y habían de abrirla todas las mañanas. (I Crónicas 9, 27)

  • el horrísimo fragor de rocas que caían de las alturas, la invisible carrera de animales que saltando pasaban, el rugido de las fieras más salvajes, el eco que devolvían las oquedades de las montañas, todo les aterrorizaba y les dejaba paralizados. (Sabiduría 17, 19)

  • Seres terrestres se tornaban acuáticos, y los que nadan pasaban a caminar sobre la tierra. (Sabiduría 19, 19)

  • Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibmá, cuyas cepas majaron los señores de las gentes. Hasta Yazer alcanzaban, se perdían por el desierto, sus frondas se extendían, pasaban la mar. (Isaías 16, 8)

  • Yo lo pondré en la mano de los que te afligían, de los que a ti misma te decían: «Póstrate para que pasemos», y tú pusiste tu espalda como suelo y como calle de los que pasaban. (Isaías 51, 23)

  • Más que se lloró a Yazer lloraré por ti, ¡oh viña de Sibmá! Tus sarmientos pasaban la mar, hasta Yazer alcanzaban. Sobre tu cosecha y sobre tu vendimia el saqueador se abatió, (Jeremías 48, 32)

  • Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del mar, una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí. (Jonás 2, 4)

  • Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: (Mateo 27, 39)

  • Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días, (Marcos 15, 29)

  • Todos los atenienses y los forasteros que allí residían en ninguna otra cosa pasaban el tiempo sino en decir u oír la última novedad. (Hechos 17, 21)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina