Encontrados 33 resultados para: octavo

  • El día octavo, el principal de los hijos de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedahsur. (Números 7, 54)

  • El día octavo será para vosotros de reunión solemne; no haréis ningún trabajo servil. (Números 29, 35)

  • y el año once, en el mes de Bul - que es el mes octavo - fue acabada la Casa en todas sus partes, según todo su proyecto. Salomón la levantó en siete años. (I Reyes 6, 38)

  • El día octavo despidió al pueblo. Bendijeron al rey y se fueron a sus tiendas, gozosos y con el corazón alegre por todo el bien que Yahveh había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel. (I Reyes 8, 66)

  • Hizo Jeroboam una fiesta en el mes octavo, el día quince del mes, parecida a la fiesta de Judá, y subió al altar. Así hizo en Betel, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho y estableciendo en Betel sacerdotes para los altos que había instituido. (I Reyes 12, 32)

  • Subió al altar que había hecho en Betel el día quince del octavo mes, el mes que se había discurrido por su cuenta para instituir una fiesta para los israelitas, y subió al altar para quemar incienso. (I Reyes 12, 33)

  • Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, él, su madre, sus servidores, sus jefes y eunucos; los apresó el rey de Babilonia en el año octavo de su reinado. (II Reyes 24, 12)

  • Yojanán, el octavo; Elzabad, el noveno; (I Crónicas 12, 13)

  • Amiel, el sexto; Isacar el séptimo; Peulletay, el octavo; pues Dios le había bendecido. (I Crónicas 26, 5)

  • El octavo, para el octavo mes, era Sibbekay, de Jusá, el zarejita; su sección constaba de 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 11)

  • El día octavo tuvo lugar la asamblea solemne, pues habían hecho la dedicación del altar por siete días, de manera que la fiesta duró siete días. (II Crónicas 7, 9)

  • Comenzaron la consagración el día primero del primer mes, y el día octavo del mes llegaron al Vestíbulo de Yahveh; pasaron ocho días consagrando la Casa de Yahveh y el día dieciséis del mes primero habían acabado. (II Crónicas 29, 17)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina