Encontrados 1632 resultados para: nuevo hombre

  • Dijimos: "No podemos bajar, a menos que nuestro hermano pequeño vaya con nosotros. En ese caso sí bajaríamos. Porque no podemos presentarnos a aquel hombre si no está con nosotros nuestro hermano el pequeño." (Génesis 44, 26)

  • Se alzó en Egipto un nuevo rey, que nada sabía de José; (Exodo 1, 8)

  • Un hombre de la casa de Leví fue a tomar por mujer una hija de Leví. (Exodo 2, 1)

  • Preguntó entonces a sus hijas: «¿Y dónde está? ¿Cómo así habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma.» (Exodo 2, 20)

  • Aceptó Moisés morar con aquel hombre, que dio a Moisés su hija Seforá. (Exodo 2, 21)

  • Y le dijo: «Vuelve a meter la mano en tu pecho.» La volvió a meter y, cuando la sacó de nuevo, estaba ya como el resto de su carne. (Exodo 4, 7)

  • Dijo Moisés a Yahveh: «¡Por favor, Señor! Yo no he sido nunca hombre de palabra fácil, ni aun después de haber hablado tú con tu siervo; sino que soy torpe de boca y de lengua.» (Exodo 4, 10)

  • Le respondió Yahveh: «¿Quién ha dado al hombre la boca? ¿? Quién hace al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Yahveh? (Exodo 4, 11)

  • Dijeron entonces a Faraón sus siervos: «¿Hasta cuándo ha de ser este hombre causa de nuestra ruina? Deja salir a esa gente y que den culto a Yahveh, su Dios. ¿Te darás cuenta a tiempo de que Egipto se pierde?» (Exodo 10, 7)

  • Habla, pues, al pueblo y que cada hombre pida a su vecino, y cada mujer a su vecina, objetos de plata y objetos de oro.» (Exodo 11, 2)

  • Pero entre los israelitas ni siquiera un perro ladrará ni contra hombre ni contra bestia; para que sepáis cómo Yahveh hace distinción entre Egipto e Israel. (Exodo 11, 7)

  • Como Faraón se obstinó en no dejarnos salir, Yahveh mató a todos los primogénitos en el país de Egipto, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito del ganado. Por eso sacrifico a Yahveh todo macho que abre el seno materno, y rescato todo primogénito de mis hijos. (Exodo 13, 15)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina