Encontrados 812 resultados para: nosotros

  • conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado. (Gálatas 2, 16)

  • Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿estará Cristo al servicio del pecado? ¡De ningún modo! (Gálatas 2, 17)

  • Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero, (Gálatas 3, 13)

  • De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo. (Gálatas 4, 3)

  • Pues a nosotros nos mueve el Espíritu a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia. (Gálatas 5, 5)

  • que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, (Efesios 1, 8)

  • para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo. (Efesios 1, 12)

  • y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa, (Efesios 1, 19)

  • entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera... (Efesios 2, 3)

  • a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Efesios 2, 7)

  • A Aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar, conforme al poder que actúa en nosotros, (Efesios 3, 20)

  • A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo. (Efesios 4, 7)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina