Encontrados 137 resultados para: ministerio de alabanza

  • a los sacerdotes consagrados, aquellos de entre los hijos de Sadoq que cumplieron mi ministerio, y que no se descarriaron al descarriarse los israelitas, como se descarriaron los levitas, (Ezequiel 48, 11)

  • He aquí que yo haré exterminio de todos tus opresores, en el tiempo aquel; y salvaré a la coja y recogeré a la descarriada, y haré que tengan alabanza y renombre en todos los países donde fueron confundidas. (Sofonías 3, 19)

  • En aquel tiempo os haré venir, en aquel tiempo os congregaré. Entonces os daré renombre y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo vuelva a vuestros cautivos a vuestros propios ojos, dice Yahveh. (Sofonías 3, 20)

  • ¿No conocéis las palabras que Yahveh proclamó por ministerio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén vivía en paz, con sus ciudades de alrededor, y estaban habitados el Négueb y la Tierra Baja? (Zacarías 7, 7)

  • su corazón hicieron de diamante para no oír la Ley y las palabras que Yahveh Sebaot había dirigido por su espíritu, por ministerio de los antiguos profetas. Hubo entonces gran enojo de Yahveh Sebaot. (Zacarías 7, 12)

  • Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por ministerio de Malaquías. (Malaquías 1, 1)

  • y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen éstos?» «Sí - les dice Jesús -. ¿No habéis leído nunca que De la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza?» (Mateo 21, 16)

  • Porque él era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio. (Hechos 1, 17)

  • para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó para irse adonde le correspondía.» (Hechos 1, 25)

  • mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.» (Hechos 6, 4)

  • Bernabé y Saulo volvieron, una vez cumplido su ministerio en Jerusalén, trayéndose consigo a Juan, por sobrenombre Marcos. (Hechos 12, 25)

  • Pero yo no considero mi vida digna de estima, con tal que termine mi carrera y cumpla el ministerio que he recibido del Señor Jesús, de dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20, 24)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina