Encontrados 39 resultados para: mente abierta

  • - Si con los de a pie corriste y te cansaron, ¿cómo competirás con los de a caballo? Y si en tierra abierta te sientes seguro. ¿qué harás entre el boscaje del Jordán? (Jeremías 12, 5)

  • Luego tomé la escritura de la compra, el documento sellado según ley y la copia abierta, (Jeremías 32, 11)

  • Así dice Yahveh Sebaot el Dios de Israel: Toma estas escrituras: la escritura de compra, el documento sellado y la copia abierta, y las pones en un cántaro de arcilla para que duren mucho tiempo. (Jeremías 32, 14)

  • Sus caballos son tan numerosos que su polvo te cubrirá. Al estrépito de su caballería, de sus carros y carretas, trepidarán tus murallas cuando entre él por tus puertas, como se entra en una ciudad, brecha abierta. (Ezequiel 26, 10)

  • Dirás: «Voy a subir contra una tierra abierta, marcharé contra gente tranquila que habita en seguridad. Habitan todos en ciudades sin murallas, sin cerrojos ni puertas.» (Ezequiel 38, 11)

  • «Oh rey, los pensamientos que agitaban tu mente en el lecho se referían a lo que ha de suceder en el futuro, y el que revela los misterios te ha dado a conocer lo que sucederá. (Daniel 2, 29)

  • Nada más abierta la puerta, el rey echó una mirada a la mesa y gritó en alta voz: «¡Grande eres, Bel, y no hay en ti engaño alguno!» (Daniel 14, 18)

  • Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza. (Zacarías 13, 1)

  • El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. (Mateo 22, 37)

  • pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada. (Marcos 6, 52)

  • Dándose cuenta, les dice: «¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada? (Marcos 8, 17)

  • y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12, 30)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina