Encontrados 149 resultados para: mejor

  • Mejor es la muerte que una vida amarga, el descanso eterno que enfermedad permanente. (Eclesiástico 30, 17)

  • Pues es mejor que tus hijos te pidan, que no que tengas que mirar a los manos de tus hijos. (Eclesiástico 33, 22)

  • «Toma el arpa, rodea la ciudad, ramera olvidada: tócala bien, canta a más y mejor, para que seas recordada.» (Isaías 23, 16)

  • ¡Oh! Vosotros sois nada, y vuestros hechos, nulidad, lo mejor de vosotros, abominación.» (Isaías 41, 24)

  • yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no será borrado. (Isaías 56, 5)

  • «Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el día de mañana será como el de hoy, o muchísimo mejor.» (Isaías 56, 12)

  • Entre muchos pastores destruyeron mi viña, hollaron mi heredad, trocaron mi mejor campa en un yermo desolado. (Jeremías 12, 10)

  • El cacharro que estaba haciendo se estropeó como barro en manos del alfarero, y éste volvió a empezar, trasformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero. (Jeremías 18, 4)

  • ¿Serás acaso rey porque seas un apasionado del cedro? Tu padre, ¿no comía y bebía? - «También hizo justicia y equidad.» - Pues mejor para él. (Jeremías 22, 15)

  • «- Juzgó la causa del cuitado y del pobrecillo.» - Pues mejor. ¿No es esto conocerme? - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 22, 16)

  • En cuanto a mí, aquí me tenéis en vuestras manos: haced conmigo como mejor y más acertado os parezca. (Jeremías 26, 14)

  • Ahora bien, desde hoy te suelto las esposas de tus muñecas. Si te parece bien venirte conmigo a Babilonia, vente, y yo miraré por ti. Pero si te parece mal venirte conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, tienes toda la tierra por delante; adonde mejor y más cómodo te parezca ir, vete.» (Jeremías 40, 4)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina