Encontrados 35 resultados para: matrimonio con Tobit

  • Ragüel respondió a Tobías: «Quédate, hijo; quédate commigo y yo enviaré mensajeros a tu padre Tobit para que le den noticias tuyas.» Pero Tobías replicó: «No. Te ruego que me permitas volver al lado de mi padre.» (Tobías 10, 9)

  • Tobit se levantó y trompicando salió a la puerta del patio. (Tobías 11, 10)

  • Tobit salió al encuentro de su nuera hasta las puertas de Nínive, bendiciendo a Dios, lleno de gozo. Cuando los de Nínive le vieron caminar, avanzando con su antigua firmeza, sin necesidad de lazarillo, se maravillaron. Tobit proclamó delante de ellos que Dios se había compadecido de él y le había abierto los ojos. (Tobías 11, 16)

  • Se acercó Tobit a Sarra, la mujer de su hijo, y la bendijo diciendo: «¡Bienvenida seas, hija! Y bendito sea tu Dios, hija, que te ha traído hasta nosotros. Bendito sea tu padre, y bendito Tobías, mi hijo, y bendita tú misma, hija. Bienvenida seas, entra en tu casa con gozo y bendición.» (Tobías 11, 17)

  • También Ajikar y Nabad, primos de Tobit, vinieron a congratularle. (Tobías 11, 19)

  • Acabados los días de la boda, llamó Tobit a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo, ya es tiempo de pagar el salario al hombre que te acompañó. Y le añadirás un sobresueldo.» (Tobías 12, 1)

  • Díjole Tobit: «Hijo, bien merece que tome la mitad de cuanto trajo.» (Tobías 12, 4)

  • Aquí acabaron las palabras de acción de gracias de Tobit. Tobit murió en paz a la edad de 112 años y recibió honrosa sepultura en Nínive. (Tobías 14, 1)

  • Los rodeó de atenciones en su ancianidad y los sepultó en Ecbátana de Media, heredando él la casa de Ragüel y la de Tobit, su padre. (Tobías 14, 13)

  • éstos prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los que han conocido la verdad. (I Timoteo 4, 3)

  • Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. (Hebreos 13, 4)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina