Encontrados 31 resultados para: marchar

  • Tomaréis el arca de Yahveh y la pondréis sobre la carreta. Cuanto a los objetos de oro que le habéis ofrecido como reparación, los meteréis en un cofre a su lado, y la dejaréis marchar. (I Samuel 6, 8)

  • Dijo David a Jonatán: «Mira, mañana es el novilunio; yo tendría que sentarme con el rey a comer, pero tú me dejarás marchar y me esconderé en el campo hasta la noche. (I Samuel 20, 5)

  • Dijeron a David sus hombres: «Mira, ya en Judá estamos con temor ¿y todavía vamos a marchar a Queilá contra las huestes de los filisteos?» (I Samuel 23, 3)

  • Así habla Yahveh: No subáis a combatir con vuestros hermanos; que cada uno se vuelva a su casa, porque esto es cosa mía.» Ellos escucharon la palabra de Yahveh y desistieron de marchar contra Jeroboam. (II Crónicas 11, 4)

  • Con columna de nube los guiaste de día, con columna de fuego por la noche, para alumbrar ante ellos el camino por donde habían de marchar. (Nehemías 9, 12)

  • Tú, en tu inmensa ternura, no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se apartó de ellos, para guiarles de día por la ruta, ni la columna de fuego por la noche, para alumbrar ante ellos el camino por donde habían de marchar. (Nehemías 9, 19)

  • «¡Ay de mí, hijo mío! ¡Que te dejé marchar a ti, luz de mis ojos!» (Tobías 10, 5)

  • Su Dios les ordenó salir de su casa y marchar a la tierra de Canaán; se establecieron en ella y fueron colmados de oro, de plata y de gran cantidad de ganado. (Judit 5, 9)

  • Sería una vergüenza para nosotros que dejáramos marchar a tal mujer sin habernos entretenido con ella. Si no somos capaces de atraerla, luego hará burla de nosotros.» (Judit 12, 12)

  • Se estremecían todos los que oían el griterío de aquella muchedumbre y el estruendo que levantaba al marchar y entrechocar las armas; era, en efecto, un ejército muy grande y fuerte. (I Macabeos 6, 41)

  • «¡Malo, malo!» dice el comprador, pero al marchar se felicita. (Proverbios 20, 14)

  • que, luego de permitir marchar a su pueblo y apremiarle en su partida, mudando de parecer, saldrían a perseguirle. (Sabiduría 19, 2)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina