Encontrados 682 resultados para: manos

  • El mismo dejó todo lo suyo en manos de José y, con él, ya no se ocupó personalmente de nada más que del pan que comía. José era apuesto y de buena presencia. (Génesis 39, 6)

  • Al jefe de escanciadores le restituyó en su oficio, y volvió a poner la copa en manos de Faraón. (Génesis 40, 21)

  • Israel extendió su diestra y la puso sobre la cabeza de Efraím, aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés: es decir que cruzó las manos, puesto que Manasés era el primogénito; (Génesis 48, 14)

  • pero es roto su arco violentamente y se aflojan los músculos de sus brazos por las manos del Fuerte de Jacob, por el Nombre del Pastor, la Piedra de Israel, (Génesis 49, 24)

  • Respondieron: «Un egipcio nos libró de las manos de los pastores, y además sacó agua para nosotras y abrevó el rebaño.» (Exodo 2, 19)

  • «Yo haré que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios, de modo que cuando partáis, no saldréis con las manos vacías, (Exodo 3, 21)

  • y les dijeron: Que Yahveh os examine y que él os juzgue por habernos hecho odiosos a Faraón y a sus siervos y haber puesto la espada en sus manos para matarnos.» (Exodo 5, 21)

  • Moisés le respondió: «Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos hacia Yahveh, cesarán los truenos, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de Yahveh. (Exodo 9, 29)

  • Dejando a Faraón, salió Moisés de la ciudad, extendió las manos hacia Yahveh, y cesaron los truenos y granizos, y no cayó más lluvia sobre la tierra. (Exodo 9, 33)

  • Tú le llevas y le plantas en el monte de tu herencia, hasta el lugar que tú te has preparado para tu sede, ¡oh Yahveh! Al santuario, Adonay, que tus manos prepararon. (Exodo 15, 17)

  • María, la profetisa, hermana de Aarón tomó en sus manos un tímpano y todas la mujeres la seguían con tímpanos y danzando en coro. (Exodo 15, 20)

  • Los israelitas les decían: «¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta hartarnos! Vosotros nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea.» (Exodo 16, 3)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina