Encontrados 14 resultados para: maestros

  • Su número, contando a sus hermanos, los que estaban instruidos en el canto de Yahveh, todos ellos maestros, era de 288. (I Crónicas 25, 7)

  • Estos hombres ejecutaban los trabajos honradamente. Estaban bajo la vigilancia de Yájat y Abdías, levitas de los hijos de Merarí, y de Zacarías y Mesúllam, de los hijos de Quehat, que les dirigían, y de otros levitas; todos ellos maestros en tañer instrumentos músicos. (II Crónicas 34, 12)

  • Tengo más prudencia que todos mis maestros, porque mi meditación son tus dictámenes. (Salmos 119, 99)

  • no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado oídos a los que me instruían. (Proverbios 5, 13)

  • Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; (Lucas 2, 46)

  • Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. (Hechos 13, 1)

  • Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas. (I Corintios 12, 28)

  • ¿Acaso todos son apóstoles? O ¿todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Todos con poder de milagros? (I Corintios 12, 29)

  • El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, (Efesios 4, 11)

  • pretenden ser maestros de la Ley sin entender lo que dicen ni lo que tan rotundamente afirman. (I Timoteo 1, 7)

  • Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; (II Timoteo 4, 3)

  • Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos en los primeros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de manjar sólido. (Hebreos 5, 12)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina