Encontrados 1193 resultados para: lista de hombres de Betel y Ai

  • Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos de este mundo, no porque os vean, como quien busca agradar a los hombres; sino con sencillez de corazón, en el temor del Señor. (Colosenses 3, 22)

  • Todo cuanto hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, (Colosenses 3, 23)

  • sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones. (I Tesalonicenses 2, 4)

  • éstos son los que dieron muerte al Señor y a los profetas y los que nos han perseguido a nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de todos los hombres, (I Tesalonicenses 2, 15)

  • y para que nos veamos libres de los hombres perversos y malignos; porque la fe no es de todos. (II Tesalonicenses 3, 2)

  • Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; (I Timoteo 2, 1)

  • que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. (I Timoteo 2, 4)

  • Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, (I Timoteo 2, 5)

  • Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones. (I Timoteo 2, 8)

  • Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyentes. (I Timoteo 4, 10)

  • Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insentatas y perniciosas que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. (I Timoteo 6, 9)

  • y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros. (II Timoteo 2, 2)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina