Encontrados 55 resultados para: juró
El rey dijo a Semeí: «No morirás.» Y el rey se lo juró. (II Samuel 19, 24)
Y el rey Salomón juró por Yahveh: «Esto me haga Dios y esto me añada, si Adonías no ha dicho esta palabra a costa de su vida. (I Reyes 2, 23)
Nabucodonosor experimentó una gran cólera contra toda aquella tierra y juró por su trono y por su reino que tomaría venganza y pasaría a cuchillo todo el territorio de Cilicia, Damasco y Siria, y a todos los habitantes de Moab, a los ammonitas, a toda la Judea y a todos los de Egipto, hasta los confines de los dos mares. (Judit 1, 12)
Y él, mano en alto, les juró hacerles caer en el desierto, (Salmos 106, 26)
Juró Yahveh a David, verdad que no retractará: «El fruto de tu seno asentaré en tu trono. (Salmos 132, 11)
Yo juro por mi nombre; de mi boca sale palabra verdadera y no será vana: Que ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua jurará (Isaías 45, 23)
Mas si no oís estas palabras, por mí mismo os juro - oráculo de Yahveh - que en ruinas parará esta casa. (Jeremías 22, 5)
El rey Sedecías juró a Jeremías en secreto: «Por vida de Yahveh, y por la vida que nos ha dado, que no te haré morir ni te entregaré en manos de estos hombres que andan buscando tu muerte.» (Jeremías 38, 16)
Así pues, oíd la decisión que Yahveh ha tomado sobre Edom y sus planes sobre los moradores de Temán. Juro que les han de llevar a rastras las crías de los rebaños, que asolarán sobre ellos sus pastizales. (Jeremías 49, 20)
Así pues, oíd la decisión que Yahveh ha tomado sobre Babilonia y sus planes sobre el país de los caldeos. Juro que les han de llevar a rastras las crías de los rebaños, que asolarán sobre ellos sus pastizales. (Jeremías 50, 45)
En cuanto a vosotros, casa de Israel, así dice el Señor Yahveh: Que vaya cada uno a servir a sus basuras; después, yo juro que me escucharéis y no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y vuestras basuras. (Ezequiel 20, 39)
Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, lo juro: Porque mi rebaño ha sido expuesto al pillaje y se ha hecho pasto de todas las fieras del campo por falta de pastor, porque mis pastores no se ocupan de mi rebaño, porque ellos, los pastores, se apacientan a sí mismos y no apacientan mi rebaño; (Ezequiel 34, 8)