Encontrados 117 resultados para: jamás
Y luego, cuando seáis muchos y fructifiquéis en la tierra, en aquellos días - oráculo de Yahveh - no se hablará más del arca de la alianza de Yahveh, no vendrá en mientes, no se acordarán ni se ocuparán de ella, ni será reconstruida jamás. (Jeremías 3, 16)
No lloréis al muerto ni plañáis por él: llorad, llorad por el que se va, porque jamás volverá ni verá su patria. (Jeremías 22, 10)
sino que en el lugar a donde le deportaron, allí mismo morirá, y no verá jamás este país.» (Jeremías 22, 12)
Así dice Yahveh: Inscribid a este hombre: «Un sin hijos, un fracasado en la vida»; porque ninguno de su descendencia tendrá la suerte de sentarse en el trono de David y de ser jamás señor en Judá. (Jeremías 22, 30)
y toda la hondonada de los Cuerpos Muertos y de la Ceniza, y toda la Campa del Muerto hasta el torrente Cedrón, hasta la esquina de la Puerta de los Caballos hacia oriente será sagrado de Yahveh: no volverá a ser destruido ni dado al anatema nunca jamás. (Jeremías 31, 40)
Dijeron ellos: «No bebemos vino, porque nuestro padre Yonadab, hijo de Rekab, nos dio este mandato: "No beberéis vino ni vosotros ni vuestros hijos nunca jamás, (Jeremías 35, 6)
Por eso vivirán las hienas con los chacales y vivirán en ella las avestruces, y no será habitada nunca jamás ni será poblada por siglos y siglos. (Jeremías 50, 39)
Jamás se hizo debajo del cielo entero nada semejante a lo que hizo él en Jerusalén, conforme está escrito en la Ley de Moisés, (Baruc 2, 2)
Jamás libran a un hombre de la muerte, ni arrancan al débil de las manos del poderoso. (Baruc 6, 35)
Yo dije entonces: «¡Ah, Señor Yahveh!, mi alma no está impura. Desde mi infancia hasta el presente jamás he comido bestia muerta o despedazada, ni carne corrompida entró en mi boca.» (Ezequiel 4, 14)
y haré contigo lo que jamás he hecho y lo que no volveré a hacer jamás, a causa de todas tus abominaciones. (Ezequiel 5, 9)
Y no se realizará jamás lo que se os pasa por la imaginación, cuando decís: «Seremos como las naciones, como las tribus de los otros países, adoradores del leño y de la piedra.» (Ezequiel 20, 32)